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El impuesto saludable y su impacto en el sector de embutidos y charcutería


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Desde su entrada en vigor en 2023, el Impuesto Saludable en Colombia ha tenido un efecto directo sobre los precios de los alimentos ultraprocesados, incluyendo los embutidos y productos de charcutería. Esta medida, impulsada como parte de una política de salud pública, ha generado consecuencias económicas significativas para productores, tenderos y consumidores.

¿Qué es el impuesto saludable?

El Impuesto Saludable, establecido por la Ley 2277 de 2022, grava con un porcentaje progresivo a los productos comestibles ultraprocesados que sobrepasan niveles específicos de sodio, azúcar o grasas saturadas. Su aplicación ha sido escalonada de la siguiente forma:

  • 10 % en 2023

  • 15 % en 2024

  • 20 % a partir del 1 de enero de 2025

Según estimaciones de la DIAN, este impuesto aportará una variación en la inflación total cercana al 0,11 % en 2024 y 0,12 % en 2025. El recaudo en el último año ya superó los 2,2 billones de pesos, siendo el sector de alimentos ultraprocesados uno de los más impactados.

Impacto en los embutidos y charcutería

Los productos del sector han registrado aumentos progresivos en sus precios de venta al público, directamente relacionados con la aplicación del impuesto:

  • Una presentación de salchichas de 450 g pasó de 11.350 a 12.485 pesos en 2023 (+10 %) y se espera que llegue a 13.620 pesos en 2025 (+20 %).

  • Chorizos, jamones, mortadelas y otros productos curados también han sido incluidos en la lista de alimentos gravados.

  • Desde enero de 2024, se evidenció un incremento adicional del 5 % en varios puntos de venta.

  • El aumento acumulado para muchos productos del sector ronda entre el 15 % y el 20 %, lo que ha reducido márgenes y competitividad en tiendas de barrio y supermercados.

Efectos sobre el consumidor y la cadena productiva

Para el consumidor promedio, estos aumentos han significado una reducción en la compra de este tipo de alimentos, especialmente en sectores populares. Encuestas realizadas durante la discusión de la reforma indicaron que más del 60 % de los consumidores estarían dispuestos a reducir su consumo si los precios aumentaban significativamente.

En paralelo, los pequeños y medianos productores han sentido una fuerte presión sobre sus estructuras de costos y ventas. Muchos tenderos han reportado una disminución en las rotaciones, afectando su sostenibilidad.

Salud pública vs sostenibilidad económica

El objetivo del impuesto —fomentar hábitos alimenticios más saludables— es claro. Sin embargo, en el caso del sector cárnico y de embutidos, también se requiere una visión equilibrada que considere la estabilidad del empleo, la tradición alimentaria y la economía popular.

En este contexto, el gremio ha comenzado a plantear estrategias para adaptarse, incluyendo:

  • Reformulación de productos con menos sodio y grasa.

  • Mayor transparencia en el etiquetado y educación al consumidor.

  • Incidencia ante el Estado para garantizar un marco regulatorio justo y sostenible.

Conclusión

El Impuesto Saludable ha cambiado la dinámica del mercado para la industria de embutidos y charcutería en Colombia. Aunque su propósito es válido, su aplicación genera un reto real para el tejido productivo. La articulación gremial será clave para impulsar soluciones equilibradas que protejan tanto la salud de los colombianos como el desarrollo del sector.

 
 
 

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